jueves, 2 de marzo de 2017

¿Forman buena pareja la marihuana y el sexo?

 ¿Forman buena pareja la marihuana y el sexo?


No hay droga más erótica que el cannabis porque, aunque la cocaína es también muy utilizada con fines sexuales, la filosofía de ésta última entra más en el terreno del consumismo y la competitividad –durar más, tener más potencia–; mientras que la marihuana tiene la reputación de mejorar la calidad del sexo, no necesariamente de prolongarlo.
Esta planta mantiene una larga e histórica relación con la sexualidad. La medicina tradicional india cuenta con decenas de fórmulas con marihuana, que se recetaban como afrodisíacos y se decía que tenían la capacidad de aumentar el tiempo de erección, facilitar la desinhibición o amplificar las sensaciones y el deseo. En la Serbia del siglo XIX a las mujeres vírgenes se les daba una mezcla de grasa de cordero y cannabis –lo que se conocía como Nasha– en su noche de bodas para disminuir el dolor de su primera penetración. Otra receta que utilizaban las serbias era mezclar marihuana, clara de huevo, azafrán y azúcar para hacer Guc-kand, un tónico que incitaba a un estado de ánimo erótico y que también se le administraba a los jóvenes para aliviar el dolor de la circuncisión.
El cannabis se ha utilizado con fines sexuales en casi todo el mundo. Prostitutas, esposas y concubinas echaban mano de esta hierba cuando tenían que ‘trabajar’ o mantener relaciones con sus esposos. Aunque no siempre voluntariamente, era una forma de volverse más sexualmente predispuestas para satisfacer a los hombres o maridos.
En un momento en que el deseo parece un bien escaso, algunas personas recurren a esta ayuda extra para volver a sentir o experimentar lo que ya se ha esfumado con años de relación, estrés o problemas personales. Pero la marihuana tiene sus pros y sus contras, que hay que conocer y tener en cuenta.



 Un fotograma de la serie ‘Broad City’.
Beneficios de esta planta
Uno de los argumentos de la comunidad pro legalización del cannabis es su uso terapéutico, que ya nadie niega, y que según Juan José Llopis, psiquiatra y coordinador de la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) del Hospital General de la Consellería de Sanidad, de Castellón, “puede ayudar en problemas degenerativos, espásticos y musculares. Además de en cánceres y pacientes que reciben quimioterapia. La marihuana es también un buen analgésico contra el dolor, aunque ya hay medicamentos que contienen el principio activo predominante en esta planta, el tetrahidrocannabinol, THC”.
En el plano sexual, la mayoría de los expertos coinciden en que la marihuana incrementa las sensaciones, relaja y ayuda a desinhibirse, condiciones más que interesantes para irse a la cama cuando la última intención es conciliar el sueño. Como comentaba en un artículo de la revista Alternet Mitch Earlewine, profesor de psicología de la State University of New York, en Albany, “el CB1 es el receptor del cerebro que más acusa las consecuencias de fumar marihuana, y cuando este receptor se activa nos ponemos más predispuestos al sexo. Una de las misiones del CB1 es mejorar las sensaciones táctiles y la euforia en general”. Esta es la razón por la que muchos de los que han probado el cannabis con fines eróticos destaquen, sobre otros efectos, un incremento de la sensibilidad en todas las zonas del cuerpo.
De acuerdo con la revista Medical Daily, el cannabis “tiene un efecto calmante y relajante asociado a una reducción del nivel de ansiedad”. Según Francisca Molero, directora del Institut Clinic de Sexología de Barcelona, del Instituto Iberoamericano de Sexología y presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología, “la marihuana comparte con el alcohol el hecho de que, en pequeñas dosis, pueden ser desinhibidores. Es cierto que muchas mujeres te dicen que las veces que han desconectado y tenido mejores orgasmos han sido cuando llevaban un ‘puntillo’. A veces, la ansiedad anticipatoria que precede a una relación sexual puede arruinarla, porque disfrutar del sexo requiere de un cierto abandono, un dejarse llevar, que no siempre es posible. Pero hay que tener cuidado, porque abusar de estas sustancias puede hacer que el sexo normal, sin esas amplificadas sensaciones, pueda llegar a perecernos algo descafeinado, soso, sin interés ni calidad”.
Algunos consumidores habituales de cannabis señalan, como otra de sus virtudes, la mayor comunicación que se establece con la pareja. Una sincronía no verbal que hace que la relación tenga mayor intensidad. Pero no todos están de acuerdo en este punto, ya que los efectos de la marihuana varían, incluso en asiduos a su uso, dependiendo del día, dosis, tipo de planta o disposición anímica del individuo. “Se podría decir”, cuenta Molero, “que cuando dos personas consumen cada uno va por su lado. Puede que algunas veces coincidan y se produzca ese acercamiento; pero también puede que ocurra lo contrario, incluso que las intenciones eróticas del primer momento se esfumen y se derive hacia la introspección”.
Los orgasmos más prolongados que experimentan algunos/as pueden deberse también al hecho de que el cannabis cambia la percepción del tiempo, generalmente estirándolo. Algo que se suma a los efectos, también atemporales, del sexo que, a menudo, reduce la sensación objetiva del avance del reloj.

 


La marihuana tiene efectos secundarios en el sexo como empeorar la calidad del semen o producir sequedad vaginal.
Foto:Weeds

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